viernes, 14 de septiembre de 2012

Todos comemos Monsanto




Todos comemos Monsanto.
En el choclo de la no sopa que te venden envasada.

Comen Monsanto los ricos, los pobres, un veneno igualitario.
En el pasto del churrasco que muerde alegre la nada.

Comen Monsanto los que comen cosas orgánicas,
tratando de gambetear y hacerse los giles.

Comen Monsanto los colectiveros que se apuran,
los jueces de línea que ven mal.

Comen el dulce rocío de la muerte los hijos de quienes lo fabrican.
En las reuniones de empresarios malévolos,
mientras se ponen al día con la última minuta de los superreptiles,
los garcas de siempre, comen comida atomizada de Ferrá Adriá con remolacha meada por el mismo diablito.

Los hombres, esos necios corredores, analizadores de tevé,
esas pequeñas bombas que han armado en contra de sí.

Comerán el verdadero postre, en algún apocalipsis propio.

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