viernes, 28 de agosto de 2015

Breve acuarela informe: De los obstáculos de la educación enciclopedista.

Pobre Juan,
que puede ver su cara y nada más

Pappo 

La certeza. 

Un monolito firme en el desierto de la realidad. 
Horas desandadas en el lógico cultivo de la Razón. 
El circuito de palabras que la compone:laberinto conocido, oculto a los tontos ojos de su dueño.

La certeza persiste, terca.

Suena a metal templado.
Es una espada, su supuesto filo nos garantiza la seguridad de lo correcto.
Su punta roma parece aguda y precisa al tacto.

La certeza, impertérrita y constante.

Detrás de las orejas y en perpetuo canto.
Oliendo a victoria, a destino exitoso, a viaje memorable.
La concatenación hipotética: sumatoria fría y aséptica que en azul combustión calienta el roce de los pies en el camino.

La certeza, vieja y desdentada, se ríe.

Nos mira y sus encías gomosas colisionan con espamos alegres.
A costilla de nuestra mente,

a costilla del futuro,
a costilla de los frutos podridos,
a costilla suelta, 
ríe.

Y se desvanece, 
sin dejar la sonrisa,
cuando nosotros
paspados y agotados

descubrimos su irrealidad.