martes, 1 de octubre de 2013

El laberinto móvil.





Los incas algunas vez habrán soñado con erigir un laberinto que mutara en sus formas constantemente. Los romanos pensaron uno parecido, pero en la resolución había una orgía con vírgenes y muchachos. En la versión vikinga, terminaba en dragón y fuego.
Al mal le tomó un poco más de cien años.

Bievenidos a Constitución.

Decimosonatina a las redes virtuales de Mercurio

Su pipa
nadaba 
en el azul
un mar de naylon

Sobre ella 
se erguía 
península imperpetua
de una mano.

Alternaba 
el aire
con mares
inversos.

Sus uñas
encallaban 
otro celeste
negativo

Otra mano 
se acercó 
la palpó

y en Gerli

terminó la coreografía.