Dedicado a todos los consumidores de estas cosas en Iutub.
El doctor Gregoretti no tiene buena fama en las
reuniones de la Unión Europea. Después de todo, es italiano y ya los alemanes
han comido la pasta de la derrota dos
veces después de un romance con ellos. Además, tiene ademanes exagerados y
grita bastante en las reuniones. Esta tarde ha visto algo que lo ha impactado.
Mientras degusta una comida demasiado cara en un restorán de Bruselas, piensa
en cómo decirlo para que lo tomen en serio. Tiene la tez más pálida que de
costumbre y no puede terminarse su plato ni su cerveza.
No le van a creer.
Recuerda vagamente a un eurodiputado griego que le
había insinuado el tema en una borrachera orgiástica hace unos años. No sabe
que ha sido de él. Se pasa lentamente el pañuelo por la frente, suda frío.
Tiene fotos, videos, todo. No se explica como lo ha logrado.
Una vez en la suite, abre los archivos en su
computadora portátil, los recorre, una náusea le sube hasta el gargero, vomita
la alfombra y abre la ventana. Pura bilis. Alguien se le arrima, de algún modo,
entraron en su cuarto. Siente un dolor punzante a la altura de los riñones y ve
una enorme espina verde saliéndole por el centro de su abdomen, cae rendido,
tiene la mente despierta el tiempo suficiente para ver como destruyen su
computadora.
“Buenos días, bienvenidos a Mundo desconocido” dice
un muchacho con pinta de vivir con la madre, orgulloso portador de unos
auriculares con micrófono y una web cam “Hoy vamos a hablar del misterioso
suicidio del eurodiputado Gregoretti, este caso del que los medio no hablan en
los últimos días…”
En la reunión de la Unión Europea, todos se cagan de
risa de los conspiranoicos.
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